Llega la tarde más amarga del año. A las seis de la tarde se abre la puerta de nuevo, por la que aparece una cruz de guía avisando de lo que va a venir después. Tras ella, una hilera de parejas anónimas caminan lentamente con cirios, varas y estandartes en la mano. Es el cortejo que precede al SEÑOR. Mientras, espectadores contemplan uno a uno los ojos llorosos de los nazarenos, quienes saben que DIOS hecho hombre está a punto de salir por la puerta. Y sale. Sale DIOS TODOPODEROSO sentado en una peña sobre flores de mil colores. Está esperando pacientemente que un sayón haga un agujero en la tierra bajo las órdenes de un vigoroso romano. Tras ÉL, música que refleja la amargura de la situación.
A continuación, un palio de plata sale a la calle. Todos saben quien es. Amargura. Su nombre penetra en los corazones de aquellos que la sienten como una Madre. Ella se ha puesto su manto color burdeos para acompañar a su hijo en esa noche. Sus ojos se van a secar de tanto llorar. ¿Que pena tiene el alma! No hay consuelo para esa MADRE.
De regreso a casa, cuando ELLA entra por la puerta, los testigos de alrededor rezan cantando el Ave María. ELLA sabe que nunca estará sola en el desamparo. Sus nazarenos lloran por la estación concluida. La Iglesia es un mar de lágrimas por el amor que sienten hacia ÉL y hacia ELLA.
2 comentarios:
Madre mia, leyendo esto te trasladas perfectamente a esa tarde mágica de Domingo de Ramos, hace sentirme nuevamente sintiéndo la tela roja bajo mi cara y el cartón del capirote clavado en mi sien. Hace que reviva esa noche, anhelando su retorno, y llevándome a la nostalgia por aquellas tardes pasadas. Hace que vuelva a desear sentir mis pies doloridos y mi cuerpo cansado, tras seis horas de intenso disfrute.
Gracias por el comentario. Lo que se intenta es transmitir una visión distinta a lo habitual, dejando de lado referencias directas a Hermandades y aludiendo exclusivamente al verdadero sentido de la Semana Santa.
Es la Pasión según Constantina
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